El presidente ruso Vladimir Putin firmó el decreto de la respuesta de Moscú frente al tope de precio del petróleo ruso impuesto por los países miembros del G7, la Unión Europea y Australia, donde Rusia dejará de vender petróleo a todas aquellas naciones que se sumaron a la media.
El documento oficial plasma que «en relación con las acciones no amistosas y contrarias al derecho internacional de EUA y los Estados extranjeros y las organizaciones internacionales que se han unido a ellas», de esta manera se prohibirá el suministro de petróleo y productos derivados rusos a personas jurídicas y físicas extranjeras si los contratos de suministros utilizan un mecanismo de limitación de precios.
A inicios de diciembre, los países miembros del G7, la UE y Australia se coordinaron para imponer un tope de 60 dólares por barril al precio del petróleo ruso, tal medida busca reducir la principal fuente de ingresos de Rusia para impulsar su campaña militar en Ucrania y al mismo tiempo preservar la estabilidad del suministro energético mundial.