Los niños ingleses, que este año solo habían asistido un día a clases, regresaron a las aulas la víspera, en el marco del levantamiento gradual de las restricciones impuestas en enero contra la pandemia de Covid-19.
Este confinamiento, el tercero, se implantó para atajar la propagación de una variante del coronavirus más contagiosa, detectada en diciembre en Inglaterra.
Desde entonces, los alumnos han tenido que seguir los cursos desde casa, aunque los hijos de los trabajadores considerados “esenciales” podían ir al colegio.
Ante el descenso de los contagios y de los ingresos en hospitales, el primer ministro, Boris Johnson, anunció a finales de febrero esta reapertura de escuelas.
“Este es un gran día, lleno de emociones”, afirmó el lunes en rueda de prensa. Es la primera etapa de la salida de un tercer confinamiento que debe ser “cautelosa pero irreversible”, precisó Johnson.
Los primeros en volver a clase fueron los niños de entre 5 a 11 años. Se recomienda que los alumnos de secundaria lleven mascarilla. Además, tendrán que someterse a pruebas de antígenos de Covid-19 dos veces por semana.
Con más de 124 mil fallecidos, el Reino Unido es el país europeo más golpeado por la pandemia y su gobierno se ha mostrado prudente a la hora de levantar las restricciones, temeroso de que la epidemia repunte.
Gracias a una amplia campaña de vacunación, en que más de 22 millones de personas recibieron ya al menos una primera dosis, el gobierno permitió también el lunes las reuniones de dos personas en el exterior. A finales de mes, si la situación no cambia, podrán reunirse hasta seis.
Sin embargo, el número de pacientes hospitalizados cada día sigue siendo unas ocho veces superior a los bajos niveles del verano, advirtió Johnson. Y la vuelta a las aulas tendrá un impacto en la propagación del virus, alertó.