Cada 14 de septiembre se conmemora el Día del Charro, esta tradición que reúne un conjunto de destrezas, habilidades ecuestres y vaqueras que tuvieron sus orígenes en el siglo XVI, hacen que la charrería sea considerada como el deporte nacional, pero ¿qué tanto conoces de esta actividad que fomenta la mexicanidad?
Uno de los primeros aspectos que rodean a la charrería es que en la Nueva España los caballos estaban reservados para los españoles, pero gracias a la intervención de los caciques y frailes que compartieron las actividades de la doma hicieron posible que se popularizara este deporte.
Hidalgo es la cuna de la charrería, de acuerdo a la Federación Mexicana de este deporte, posteriormente se extendió a Puebla, Estado de México, pero floreció en Jalisco, conocido durante la Colonia como la Nueva Galicia.
Como deporte la charrería se empezó a profesionalizar gracias al trabajo del Charro Ponciano que sentó las bases y sus hazañas quedaron inmortalizadas en corridos, Ponciano Díaz nació en 1858 en la Hacienda de Atenco, en Santiago Tianguistenco, Estado de México.
Otro dato interesante es que el reconocimiento oficial al charro tuvo sus antecedentes en 1921 con la primera asociación del país (pero un año antes nació la primera agrupación mexicana, los Charros de Jalisco). En 1931el presidente de México Pascual Ortiz Rubio estableció el 14 de septiembre como Día del Charro y el traje como símbolo de la mexicanidad.
Durante 1945 el presidente Manuel Ávila Camacho la declaró deporte nacional y desde el 2011 la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Asociación Nacional de Charros iniciaron las gestiones para proponer a la charrería como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el cual se logró cuando la UNESCO lo estableció en diciembre del 2016.
En la década de los 50 del siglo pasado se sumaron las mujeres como escaramuzas en equipos conformados por seis, ocho o 12 mujeres.