El presidente de Colombia, Gustavo Petro, alertó de que el conflicto armado en Colombia está camino de convertirse en una suerte de Oriente Próximo, con un escenario «más bárbaro» y «más complejo» que hace necesario, recalcó, abordarlo también dentro de su divulgada política de la «paz total».
«Ya no es la lucha por el poder, es la lucha por la ruta. Eso nos coloca en un escenario más bárbaro, más difícil, más complejo que también tenemos que entrar a solucionar, porque si no las posibilidades de la paz total no van a existir en nuestro país y puede derivar en temas como los que suceden en Oriente Próximo», dijo.
Las declaraciones de Petro se dieron durante su visita a la ciudad de Barrancabermeja, en Santander, desde donde habló de la reciente masacre que se produjo hace unos días en Putumayo, donde 18 personas murieron en enfrentamientos entre disidencias de las extintas FARC.
«¿Ustedes creen que esos son los conflictos propios de una guerrilla política que quiere tomarse el poder nacional y hacer una revolución?», preguntó Petro, para quien estas disidencias no son más que mercenarios al servicio de unas élites violentas que ansían hacerse con el control de las economías ilegales.
Para Petro, aquel episodio de violencia «tan dantesca» sólo cuenta con una explicación, «que son mercenarios» que hacen de la «economía ilegal» su base real «para comprar armas y seres humanos desechables para que se maten entre sí».
A principios de esta semana, las autoridades colombianas confirmaron la muerte de 18 personas durante enfrentamientos en la ciudad putumayense de Puerto Guzmán, en el suroeste del país. Estos choques no sólo han dejado decenas de víctimas entre combatientes de las disidencias y civiles, sino además cientos de desplazados.