La ONU informó que al menos 234 personas han muerto o han resultado heridas en cinco días de violencia entre bandas rivales en el barrio de Cité Soleil, el más pobre de la zona metropolitana de Puerto Príncipe, la capital haitiana.
Hasta ahora hemos documentado 934 asesinatos, 684 heridos y 680 secuestros de enero a junio en la capital. En cinco días, del 8 al 12 de julio, al menos 234 personas más han muerto o han resultado heridas», ha relatado un portavoz del la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jeremy Laurence.
Además, al menos 2 mil 500 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares por la violencia. Hay 20 personas desaparecidas y cada día hay más desplazados y afectados.
Laurence ha instado así a las autoridades de Haití a garantizar la protección de los derechos fundamentales y «combatir la impunidad y la violencia sexual fortaleciendo la vigilancia de los Derechos Humanos».
Laurence ha destacado que «la mayoría de las víctimas no eran miembros de las bandas, pero las bandas les atacaron directamente». También hemos recibido nuevas informaciones de violencia sexual», ha señalado.
La ONU denuncia así un «reciente brote de violencia» entre bandas rivales en el barrio de Cité Soleil a la que ha respondido ya con la aprobación el viernes en el Consejo de Seguridad de un refuerzo para las operaciones de la ONU en el país durante un año más.
Además, la ONU ha pedido a los miembros de las bandas y a quienes apoyan la violencia «que cesen inmediatamente sus actividades» y ha resaltado que «afectan a muchos ciudadanos vulnerables, que viven en la extrema pobreza».
La ONU constata además que «las bandas están fuertemente armadas y cada vez son más sofisticadas en sus métodos, con ataques simultáneos, coordinados y organizados en distintas zonas». «El derecho a la vida es el derecho supremo dentro del Derecho Internacional Humanitario y el Estado tiene el deber de proteger ese derecho, también frente a amenazas de individuos y entidades privadas», ha apuntado Laurence.
Estas bandas recurren a tácticas «extremas» para controlar a la población tales como quitarles el agua corriente o los alimentos. «ESto ha empeorado la malnutrición», según Laurence.
También agrava la escasez de combustible, ya que el principal depósito de la ciudad está en Cité Soleil, y agrava la subida de los precios del transporte.
Esta problemática iniciada hace meses se suma al estancamiento político que ha provocado protestas en las calles y muchos vecinos se han encerrado y los negocios han echado el cierre por miedo.
En Cité Soleil viven unas 300 mil personas y es uno de los barrios más pobres de la capital haitiana. Las bandas se han implantado allí el os últimos años.