Mundial de Clubes, la farsa de torneo que solo premia los de siempre, a los más ricos

Mundial de Clubes, la farsa de torneo que solo premia los de siempre, a los más ricos

ElMundial de Clubes, el torneo que premia a la desigualdad, está aquí por un año más. En un contexto en el que las diferencias económicas se consolidan a placer, no existe mejor competencia para reafirmar que los ricos son muy ricos y los pobres muy pobres.

Hay que reconocer que la idea parece salida de un videojuego: el Real Madrid contra el América; el Chelsea contra el Monterrey; Bayern contra Tigres. Eso por lo que respecta al contexto mexicano. En Sudamérica desde hace más de medio siglo se han acostumbrado a jugar contra los campeones de allá.

O más o menos. Sí, la Copa Intercontinental es la madre del actual Mundial de Clubes. El balance era no sólo más parejo, sino que favorecía a los sudamericanos (22 títulos contra 21 de Europa). Pero los jerarcas del futbol europeo nunca dejaron de ver este partido como un estorbo. Por eso en cinco ediciones ni siquiera acudió el campeón reinante sino el segundón. Así, el Atlético de Madrid, que nunca ha sido campeón de Europa, puede ¿presumir? un título del mundo en sus vitrinas.

El último Mundial de Clubes, 2021, fue ganado por el Bayern Múnich, todavía vigente campeón. (REUTERS/Mohammed Dabbous)
El último Mundial de Clubes, 2021, fue ganado por el Bayern Múnich, todavía vigente campeón. (REUTERS/Mohammed Dabbous)

Estudiantes de la Plata venció al Manchester United en 1968 en una de las hazañas más épicas que se recuerden en este deporte. Los medios que utilizó, sin embargo, fueron condenados inmediatamente: patadas brutales y piquetes a los ojos como norma. La bochornosa pelea que protagonizó el Pincha cuando perdió la Final de 1969 con el Milán (tres jugadores fueron detenidos) terminó por convencer a los europeos de que el título interoceánico no valía la pena.

Si la Intercontinental jugaba con la romántica idea de saber en qué lado del Atlántico se practicaba mejor el futbol, su primogénito directamente no tiene nada que ofrecer. El Mundialito, como le dicen los españoles, es un torneo ya no devaluado: nunca ha tenido el más mínimo interés.

Desde hace diez años no hay un campeón de América. El último, Corinthians en 2012, venció al campeón de Champions más deprimente de la era moderna: el Chelsea de Di Matteo, entrenador tan random que para ese torneo ya había sido despedido y reemplazado por Rafa Benítez.

ElMundial de Clubes, el torneo que premia a la desigualdad, está aquí por un año más. En un contexto en el que las diferencias económicas se consolidan a placer, no existe mejor competencia para reafirmar que los ricos son muy ricos y los pobres muy pobres.

Hay que reconocer que la idea parece salida de un videojuego: el Real Madrid contra el América; el Chelsea contra el Monterrey; Bayern contra Tigres. Eso por lo que respecta al contexto mexicano. En Sudamérica desde hace más de medio siglo se han acostumbrado a jugar contra los campeones de allá.

O más o menos. Sí, la Copa Intercontinental es la madre del actual Mundial de Clubes. El balance era no sólo más parejo, sino que favorecía a los sudamericanos (22 títulos contra 21 de Europa). Pero los jerarcas del futbol europeo nunca dejaron de ver este partido como un estorbo. Por eso en cinco ediciones ni siquiera acudió el campeón reinante sino el segundón. Así, el Atlético de Madrid, que nunca ha sido campeón de Europa, puede ¿presumir? un título del mundo en sus vitrinas.

El último Mundial de Clubes, 2021, fue ganado por el Bayern Múnich, todavía vigente campeón. (REUTERS/Mohammed Dabbous)
El último Mundial de Clubes, 2021, fue ganado por el Bayern Múnich, todavía vigente campeón. (REUTERS/Mohammed Dabbous)

Estudiantes de la Plata venció al Manchester United en 1968 en una de las hazañas más épicas que se recuerden en este deporte. Los medios que utilizó, sin embargo, fueron condenados inmediatamente: patadas brutales y piquetes a los ojos como norma. La bochornosa pelea que protagonizó el Pincha cuando perdió la Final de 1969 con el Milán (tres jugadores fueron detenidos) terminó por convencer a los europeos de que el título interoceánico no valía la pena.

Si la Intercontinental jugaba con la romántica idea de saber en qué lado del Atlántico se practicaba mejor el futbol, su primogénito directamente no tiene nada que ofrecer. El Mundialito, como le dicen los españoles, es un torneo ya no devaluado: nunca ha tenido el más mínimo interés.

Desde hace diez años no hay un campeón de América. El último, Corinthians en 2012, venció al campeón de Champions más deprimente de la era moderna: el Chelsea de Di Matteo, entrenador tan random que para ese torneo ya había sido despedido y reemplazado por Rafa Benítez.

Monterrey tras perder contra Liverpool en las semifinales del Mundial de 2019. (REUTERS/Ibraheem Al Omari)
Monterrey tras perder contra Liverpool en las semifinales del Mundial de 2019. (REUTERS/Ibraheem Al Omari)

Las sorpresas de São Paulo e Inter de Porto Alegre en 2005 y 2006 se han perdido en medio de un monólogo absoluto: Europa siempre tendrá al campeón del mundo. Con el nombre que sea: Bayern, Liverpool, Real Madrid, Barcelona y asociados. Desde que este torneo se instauró con su nombre y formato actuales, son 13 los campeones del Viejo Continente y tres los de América (todos brasileños).

Nadie ha pegado el grito en el cielo por el descaro con el que se reparte la sede de este Mundial: Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Japón y, de vez en cuando, Marruecos. Si esto pasara con el verdadero Mundial, la revolución de tecla y ratón en redes sociales estaría garantizada. Pero acá a nadie le importa. Como tampoco importa que el país anfitrión tenga un boleto garantizado para su campeón nacional. ¿Poooor?

Gracias un gol de Paolo Guerrero, Corinthians fue el último campeón de América en vencer al monarca de la Champions League. Fue en la edición de 2012. (REUTERS/Yuya Shino)
Gracias un gol de Paolo Guerrero, Corinthians fue el último campeón de América en vencer al monarca de la Champions League. Fue en la edición de 2012. (REUTERS/Yuya Shino)

LA DECEPCIÓN CORRE A CUENTA DE MÉXICO

Los clubes de la Liga MX han participado en el Mundial de Clubes de manera ininterrumpida desde 2006. Ningún país en el mundo ha tenido más participaciones: 15 en total. Desde entonces a la fecha, los mejores resultados han sido cosechados por los equipos regios: Monterrey con dos terceros lugares (2012 y 2019) y Tigres con una final (2021).

No es de sorprender que sean lo planteles más caros los que hayan salido mejor librados. Sin embargo, una vez en el torneo, incluso los mejores presupuestos nacionales parecen diminutos en comparación con los estratosféricos planteles europeos. Qué icónicas imágenes nos ha regalado esta justa: Gerardo Torrado marcando a Gareth Bale, Cristiano Ronaldo con la mirada fija en Oribe Peralta, Gignac en el mismo plano que Robert Lewandowski.

Cristiano Ronaldo pelea un balón con Oribe Peralta. El Real Madrid venció 2-0 al América en las semifinales de 2016. (Reuters/Issei Kato Livepic)
Cristiano Ronaldo pelea un balón con Oribe Peralta. El Real Madrid venció 2-0 al América en las semifinales de 2016. (Reuters/Issei Kato Livepic)

Pese a esos gratos recuerdos, la Liga MX ha confeccionado un repertorio de fracasos inmenso en el Mundialito: seis veces los clubes aztecas fueron eliminados en el primer partido. Cuatro veces los verdugos fueron clubes asiáticos y otras dos, equipos africanos. México presume de una Final, pero tanto Asía como África lo habían logrado antes y en dos ocasiones cada uno.

La final que Tigres jugó ante el Bayern Múnich el año pasado fue más bien una excepción a la regla. Por otro lado, la victoria de los felinos sobre Palmeiras se presumió por doquier como muestra de la supremacía de México sobre Sudamérica; sin embargo, en duelos directos, el balance favorece a los del Cono Sur: dos victorias en semifinales de LDU Quito y Gremio (2008 y 2017) en ambos casos ante Pachuca.

EL FALLIDO INTENTO DE HACER UN VERDADERO MUNDIAL DE CLUBES

El Mundial de Clubes a lo grande, planificado para el pasado 2021, fue arruinado por la pandemia. El vacío que dejó la Copa Confederaciones debía ser llenado por la nueva versión del Mundialito, que curiosamente iba a ser llamado Supermundial, pero la reprogramación de Eurocopa y Copa América (ambos suspendidos en 2020) lo hizo imposible.

Aquel torneo contemplaba la participación de 24 equipos divididos en ocho grupos. La hegemonía europea estaba casi garantizada con un total de 8 boletos. No sería difícil imaginar al Supermundial convertido en una sucursal de la Champions League, pero al menos la baraja de partidos sería mucho más amplia y el concepto “Mundial de Clubes” tomaría un verdadero sentido.

La primera edición de ese certamen podría disputarse en 2025. Por lo mientras, habrá que disfrutar de la Copa de la Desigualdad, donde siempre ganan los mismos a costas de los otros mismos. México tendrá una oportunidad más para creer que la Liga MX pertenece a la élite del futbol.


administrator

Related Articles

Deja una respuesta