MADRID (EUROPA PRESS).- Más de dos millones de personas desplazadas en el noroeste de Siria están bajo la amenaza de la llegada de «otro duro invierno» cuando sus condiciones ya se encuentran al límite y mientras el financiamiento está disminuyendo drásticamente pese a que las necesidades humanitarias son cada vez mayores, alertó este jueves Médicos sin Fronteras (MSF).
Las duras condiciones de vida en los campos de refugiados y el acceso limitado a refugio básico, saneamiento, alimentos, agua y atención sanitaria empeoran aún más la situación durante el invierno, mientras las tiendas con goteras, las calles llenas de barro y las temperaturas bajo cero contribuyen a deteriorar aún más la salud física y mental de las personas y las condiciones de vida en general, explicó la organización.
La llegada de la temporada fría puede provocar enfermedades respiratorias, enfermedades transmitidas por el agua y congelamiento, así como complicaciones relacionadas con la inhalación de humo y quemaduras debido a métodos de calefacción inadecuados y al combustible que se almacena en las tiendas.
En concreto, los campos situados en zonas de montaña están «especialmente expuestos a los fuertes vientos y a las lluvias torrenciales durante el invierno», informó el responsable de logística de MSF, Ousama Joukhadar, y aunque «los campos situados en zonas bajas están menos expuestos al viento, también suelen sufrir graves daños por las inundaciones».
«Todo el mundo tenía frío y aún estamos en noviembre. La gente venía a recoger los kits y se iba inmediatamente. Vimos que las niñas y los niños llevaban ropa ligera. Tenían los labios y las manos morados. Ni siquiera llevaban zapatos», lamentó la responsable de promoción de la salud de la organización, Shatha Folfola.
En este contexto, y para hacer frente a las consecuencias del frío invierno, Médicos sin Fronteras ha comenzado a repartir kits de ropa de abrigo y mantas a unas tres mil familias de 18 campos. Además, aproximadamente tres mil 900 familias se han beneficiado también de la instalación de suelo dentro de las tiendas, así como cubiertas aislantes y aislamiento térmico para hacer frente a las inundaciones y las temperaturas extremadamente frías.
No obstante, en un ya difícil contexto, la financiación está disminuyendo, provocando que las actividades de preparación para el invierno hayan empezado demasiado tarde. La ONU calcula que se necesitan 210 millones de dólares (187 millones de euros) para cubrir las necesidades esenciales de más de tres millones de personas en el noroeste del país durante el invierno. Sin embargo, solo se dispone del 23 por ciento de los fondos.
«Es muy probable que mientras haya campos de refugiados en el noroeste de Siria, las necesidades sigan siendo las mismas cada año», alertó Joukhadar, para agregar que «MSF no tiene la capacidad para responder eficazmente a todas las necesidades crecientes, especialmente durante el invierno».
«Es necesario acelerar la asignación de fondos y la puesta en marcha de las actividades de preparación para el invierno lo antes posible para garantizar la supervivencia de la población que vive en los campos del noroeste de Siria», instó Joukhadar.