La inflación general en México tuvo en febrero su mayor tasa anual para un segundo mes del año desde 2000.
El indicador se ubicó en 7.28%, de acuerdo con cifras del Inegi, dato que superó los pronósticos de analistas, quienes previeron una tasa de 7.23%. El objetivo de inflación de Banxico, entidad encargada de controlarla, es de 3% con un margen de uno por ciento hacia arriba y hacia abajo.
Respecto a enero, la inflación general avanzó 0.83% y los productos cuyas alzas en los precios tuvieron mayor incidencia en el Índice Nacional de Precios al Consumidor fueron el gas doméstico LP, el pollo, loncherías, fondas, torterías y taquerías, así como la gasolina regular.
Expertos han advertido de mayores riesgos inflacionarios debido a los aumentos de precios, a nivel mundial, sobre todo de combustibles, tras la invasión rusa a Ucrania.
México produce 1.7 millones de barriles diarios de crudo, de los cuales exporta unos 830 mil.
Pero a su vez tiene que importar gasolina para atender la demanda interna y el Gobierno debe aplicar un subsidio para compensar costos.
Los ingresos por ventas de petróleo se han duplicado y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el martes que parte de esos excedentes serán destinados al subsidio a los combustibles para tratar de contener la inflación.
Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero Base, apuntó que el alza en los precios de las materias primas por el conflicto entre Rusia y Ucrania, las irrupciones en las cadenas de suministro y una menor oferta de productos, continuará generando mayores presiones inflacionarias.
Alzas en precios de gasolinas
Los consumidores han resentido en sus bolsillos el impacto de los aumentos de los precios de las gasolinas, y que el Gobierno trata de controlar sacrificando más ingresos tributarios.
Tras argumentar que las tensiones geopolíticas han creado fuertes incrementos en los precios internacionales del petróleo, la semana pasada Hacienda anunció estímulos adicionales a los descuentos al IEPS a las gasolinas. Se trata de apoyos vía IVA o el ISR que se activan para quienes comercializan gasolinas y diésel cuando el descuento al IEPS alcance el 100%.
De acuerdo con la agencia de análisis PetroIntelligence, los precios promedios nacionales del miércoles fueron de 23.129 pesos por litro para la gasolina Premium, de 21.192 pesos para la regular y de 22.640 pesos para el diésel.
En estaciones de servicio de la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, la Premium alcanzó ayer los 29.99 pesos por litro, y la regular los 25.69 pesos, como fue el caso de la gasolinera GPDC Estaciones de Servicio, de acuerdo con una plataforma de la Comisión Reguladora de Energía.
Entre el primero de enero y el 7 de marzo, el precio de la gasolina regular tuvo un incremento de 61 centavos, equivalentes al 2.9% en lo que va del año, mientras que en el caso de la de mayor octanaje el avance fue 51 centavos, una variación de 2.25%, y en el caso del diésel el incremento fue de 56 centavos, un aumento de 2.54%, según precios promedio nacionales publicados por la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo.
Testimonios
“Mi auto consume mucha gasolina y no me alcanza”
Alfredo Martínez dice que el alza en el precio de la gasolina le afecta demasiado porque su auto consume mucha.
“Desde que empezó a subir no he podido llenar el tanque como antes, ahora solo cargo la mitad o menos. Había ubicado una donde el precio no era tan elevado, pero cerró y no he encontrado una igual. A veces me fijo dónde está más barata, pero en casi todas está igual”, expresa el contador.
“En transporte público gasto más que con carro”
Carlos Roberto Espinoza, empleado de una sucursal bancaria, ha notado que los precios suben en la colonia donde vive, y aunque podría usar el transporte público, sus gastos se elevan más cuando lo usa.
“Me he dado cuenta que gasto más en pasajes porque mi trabajo me queda lejos y es ahí donde no sabes qué hacer. Prefiero usar mi coche porque es más fácil y seguro”.
“Aún espero que el Gobierno cumpla su promesa”
La secretaria Joselyn García dice que en ocasiones prefiere dejar su auto y trasladarse de otra manera.
“Sigo esperando que se cumpla lo que dijo el Gobierno, que baje la gasolina, pero mientras uso la bicicleta o tomo algún camión o el Metro. Sí estoy siendo afectada por el precio tan caro, hay veces que dejo de usar mi carro por una semana o dos y no lleno mi tanque”, expresa.