¿Es posible predecir el deporte?

¿Es posible predecir el deporte?

Las mejores hazañas jamás contadas han aterrizado en el curso 2021-22 del deporte. La 14ª Copa de Europa del Real Madrid construida entre remontadas e imposibles, los Grand Slams de Rafa Nadal sobreponiéndose a sus problemas con el pie e infiltraciones que asustan o el anillo de campeón de la NBA al equipo que cambió la historia del baloncesto, los Golden State Warriors. Campeones para la historia, que tienen un denominador común: la desobediencia a los datos que decían que con ellos no iba el ganar este año.

El deporte profesional, por definición, es impredecible pese a que existen teóricos favoritos y en el alto nivel las sorpresas son limitadas. Con el creciente desarrollo tecnológico, los datos y su análisis ganan un papel fundamental, que se aplican al deporte y a sus predicciones. Tomando variables, como rivales, calidad de los equipos o los porcentajes que se manejan en cada partido o torneo se lleva a una conclusión en la que se predice el resultado final.

Una de las más conocidas es ‘FiveThirtyEight’. Utiliza un sistema de puntación Elo, como el del ajedrez, que a través de un cálculo estadístico marca la habilidad de los deportistas, equipos… En la práctica, se establece un porcentaje teniendo en cuenta estatus, rendimientos cara a cara, márgenes de victoria y calidad de los rivales.

En 2022, el deporte demostró cómo todavía contradice a la estadística, y que factores emocionales, ambientales o de dinámicas que tienen que ver con los equipos también tienen un papel fundamental en el análisis. El Madrid, los Warriors o Nadal son los mejores ejemplos.

El 4%-96% que levantó Rafa Nadal

El Nadal más espectacular fue el que primero demostró que el deporte no se debe predecir. En un Open de Australia marcado por la incertidumbre con su físico después del parón en el final de 2021 y la ausencia de Novak Djokovic se presentó en la final ante Daniil Medvedev. No pudo empezar peor, y el ruso se colocó con 2-6 y 6-7, además de tener pelota de rotura.

El ‘Win-Predictor’ del torneo de Melbourne le dio un 96% al ruso, por 4% al español. Un sistema basado en la forma de tenista, la entidad de sus rivales, la superficie o el procentaje de puntos ganados al servicio que lleva a la práctica Game Insight Group. En aquella ocasión, subestimaron la fortaleza, sobre todo mental, de Nadal.

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La explicación de Nadal de cómo se remontan dos sets y un 2-3 (con 0-40) en contra

El resto es historia, como se suele decir. Y Nadal levantó el partido y su 21º Grand Slam de una forma increíble (6-4, 6-4 y 7-5). El balear tumbó a un jugador que nunca había perdido a cinco mangas ganando las dos primeras en pista dura, y después de estar cayendo en puntos desde el fondo, una de las claves. Los datos dieron como claro favorito a Medvedev, pero la competitividad de Nadal cambió la historia.

La Champions de los imposibles

Como ocurrió con Nadal, meses después el deporte regalaría otro canto a los imposibles. El de uno de sus fieles defensores: el Real Madrid. El conjunto blanco se proclamó campeón de la UEFA Champions League por 14ª vez tras realizar un camino imposible. Remontar al París-Saint Germain en 17 minutos después de ser superado por Mbappé durante partido y medio. Conseguir reaccionar ante el Chelsea, campeón defensor, que noqueaba a los blancos hasta bien entrada la prórroga. O el más difícil todavía: dos goles al Manchester City con un minuto de juego y la prolongación por delante.

Ante el conjunto ‘sky blue’, el Madrid llegó al minuto 87 de juego con un 1% de posibilidades de pasar. Había marcado Mahrez, no llegaban las ocasiones y para más inri Mendy acababa de sacar bajo palos una ocasión de Jack Grealish. Un gol salido de la nada y el empuje del equipo cambió el cuento.

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Gol de Rodrygo (1-1) en el Real Madrid 3-1 Manchester City

Y meses después tocaron el cielo en París. Un techo que, para FiveThirtyEight, estaba muy lejos en agosto. Solo les daban un 6% de opciones de título en el amanecer de la Champions. El Manchester City tenía un 16% y el Liverpool un 9%, por ejemplo. La conocida página estadounidense tiene un complejísimo sistema para dar probabilidades basado desde la fortaleza de las ligas, cómo se comporta cada equipo sobre el campo en cada partido y ante sus rivales. Los del Madrid eran favoritos antes de cada ronda: PSG (43%), Chelsea (47%), Manchester City (61%) y Liverpool (65%).

Los Warriors, del 0% al anillo

Casi como el Real Madrid, pero ‘más bestia’ aún es lo sucedido con los Golden State Warriors. En el mes de octubre los de la Bahía llegaban a la temporada tras dos cursos ‘en el desierto’. Lesiones y su generación dorada sumida en las derrotas. Curry, con 33 para 34 años. ‘FiveThirtyEight’ les dio un 0’01% de posibilidades de ganar el anillo antes de la primera semana de competición. Otros, como los campeones defensores, los Bucks, tenían más de un 23%.

La temporada fue avanzando y los Warriors ganando partidos con una plantilla de menos a más. En diciembre llegó al 5%, bajó en febrero a un 4%, pero con su clasificación a los Playoffs con factor cancha para iniciar creció hasta el 9%. Vencieron a los Nuggets y Grizzlies, y se plantaron en la final de conferencia. Antes de esa ronda, solo les daban un 18% de posibilidades. Los Celtics, que tenían que medirse a los Heat, tenían un 76%.

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Celtics 90-103 Warriors: Los Warriors de Curry se llevan su cuarto anillo

Los dos equipos avanzaron y se midieron en la final. Boston ‘robó’ el factor cancha de la Bahía y ganó el primero del Garden… La estadística avanzada les daba una victoria clara. 88% por 12% de Golden State. Tres victorias seguidas y una remontada basada en la defensa, Stephen Curry y el ‘factor x’ de Jordan Poole y Andrew Wiggins cambió el cuento. Hasta el último día, pues el ‘Game 6’ parecía favorable a Boston.. ¡Con un 74% de probabilidad!

¿Son análisis imprecisos?

Son tres casos de imposibles, según los datos, que se convirtieron en posibles. La duda está centrada entonces en la validez de los análisis. Si se centran en contextos globales, proyecciones y habilidades cómo puede ser que el Madrid, Nadal o los Warriors puedan darle la vuelta. La realidad es que existen valores no numéricos, como la mentalidad de Nadal, el efecto Bernabéu o el estilo de los Warriors, que no pueden ser medidos y que han decidido no apreciarse. Un error, o no tanto, porque se debe cuantificar eso y es lo realmente complicado.

Los diferentes análisis siguen creciendo y puliéndose para generar modelos que consigan predecir más el deporte. 2022 demuestra que todavía no. Las máquinas siguen sin batir a historias legendarias que el deporte trae. Y los Warriors, Nadal o el Madrid son sus fieles defensores.

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