Aumenta 8% deuda interna en la administración de AMLO

Aumenta 8% deuda interna en la administración de AMLO

El saldo de la deuda interna del Gobierno federal ha subido 8.0% desde diciembre de 2018 hasta septiembre de 2021, al pasar de 7.63 a 8.24 billones de pesos, de acuerdo con informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Una revisión de las estadísticas de la Dirección General de Deuda Pública, de la dependencia dirigida por Rogelio Ramírez de la O, da cuenta de que, al corte de septiembre pasado, el saldo es de 8.24 billones de pesos.

Dicho monto representa un incremento de 3.52% frente al saldo de endeudamiento interno de diciembre de 2020 que se ubicó en 7.96 billones de pesos.

Si se compara el saldo del último mes de 2019, de 7.7 billones de pesos, contra el último dato de septiembre de 2021, el nivel de deuda ha aumentado 6.04%, lo que refiere incrementos desde el primer año de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El 17 de octubre pasado, durante la supervisión a la rehabilitación del Hospital General de Tijuana, el mandatario nacional destacó que México estaba saliendo de la crisis económica, generada por la epidemia de Covid-19, sin aumentar ni contratar nueva deuda.

“Somos de los pocos países en el mundo que estamos saliendo de la crisis económica que originó la pandemia sin deuda. Todos los países, hasta los más grandes, recurrieron a deuda; nosotros no”, dijo el jefe del Ejecutivo.

El incremento más significativo este año se observa en los Bondes D (Bonos de Desarrollo), pues en diciembre de 2020 su saldo era de 804 mil 495.1 millones de pesos, y al corte de septiembre, se ubicaron en un billón mil 629 millones de pesos, de acuerdo con documentos de Hacienda. 

Al respecto, Humberto Calzada Díaz, economista en jefe de Rankia Latam, explicó que “este año se observa el mayor aumento en la emisión de Bondes D, que son bonos que se emiten para recaudar recursos para el desarrollo de infraestructura”.

Abundó que lo anterior “significa que el gobierno si se está endeudando, no obstante, como el destino es la obra civil, resulta en línea con los proyectos de la actual administración; como la construcción y desarrollo del nuevo aeropuerto de Santa Lucía o el Tren Maya». 

Respecto al monto de los Certificados de la Tesorería (Cetes), estos pasaron de 979 mil 19 millones, en diciembre de 2020, a 1.1 billones de pesos al finalizar septiembre, siendo el segundo mayor incremento del periodo, que está ligado a la conducción de política monetaria para contener el alza de precios. 

El experto indicó que los Cetes “sirven como mecanismo de regulación para retirar dinero del mercado y, de esta manera, ayudan a controlar la inflación”. 

Este mecanismo logra disminuir el consumo de las familias y aumentar la inversión en Cetes cuando ofrece un rendimiento más alto. 

En un tercer lugar se ubicaron los Udibonos, que pasaron de 1.8 a 2.1 billones, avance «relacionado con una mayor demanda de empresas y familias que buscan protegerse de la inflación”, al comprar este tipo de instrumentos, explicó. 

Cabe recordar que en junio pasado, la calificadora Standard & Poor’s (S&P), al ratificar las notas de riesgo crediticio de México de “BBB”, en moneda extranjera, y de “BBB+”, en moneda local, con perspectiva «negativa», señaló que la gestión macroeconómica debería ser cautelosa, considerando que la deuda neta total (interna más externa) del Gobierno se ubica alrededor de 48% del Producto Interno Bruto (PIB), en el límite alto de los niveles recomendados por organismo internacionales.

Infografía: Juan Ángel Espinosa

… además el costo financiero repunta  

El costo financiero de la emisión de deuda de corto plazo, de los Certificados de la Tesorería (Cetes) alcanzó una tasa de interés de 4.69% al cierre de septiembre, después de tocar un mínimo de 4.02% en febrero de 2021 y se espera que se ubique alrededor de 5.25% al cierre del año, siendo consistente con las decisiones de política monetaria del  Banco de México. 

El comportamiento de la tasa de interés de este instrumento, el cual lo puede comprar cualquier persona, mostró un comportamiento bajista desde diciembre de 2018 hasta febrero de 2021 relacionado con la baja inflación de ese momento, no obstante, cambia su comportamiento a alcista este año respondiendo a las presiones inflacionarias locales y externas. 

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