Los asesinatos de mujeres no cesan. En agosto pasado se registró la cifra más alta desde 2015, tanto de feminicidios como de homicidios dolosos, con 104 y 273 casos, respectivamente, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
La semana pasada, al presentar el reporte mensual de seguridad, la titular de la Secretaría de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, manifestó que los feminicidios aumentaron porque se empezó a tipificar el delito como tal, cuando antes se clasificaba como homicidio doloso y culposo, sin embargo, ambos rubros van al alza, respecto a agosto del año pasado.
El feminicidio pasó de 74 casos en agosto de 2020 a 104, el mes pasado; mientras que el homicidio doloso creció al pasar de 226 casos registrados en agosto de 2020 a 273 este año, cifra que es la más elevada desde 2015, año desde el que se tiene registro.
Otro delito contra las mujeres que aumentó, de acuerdo con el Secretariado, fue el homicidio culposo. En agosto de 2020 hubo 248 casos, mientras que en el mismo mes de este año se fueron 264.
Al sumar los tres rubros relacionados con asesinatos de mujeres, registran un aumento de 17%, al pasar de 548 en agosto de 2020 a 641 en 2021.
SIN ESTRATEGIA DE SEGURIDAD
Para Francisco Rivas, director General del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), la violencia contra la mujer no ha cedido ni ha tenido una mejora porque el Gobierno abandonó acciones que habían permitido una reducción en la violencia del país.
Destacó que desde abril de 2016 se encontró un cambio en la tendencia de homicidios, pues aseguró que de mediados de 2011 y hasta el primer trimestre de 2016 el homicidio doloso en México mantuvo una tendencia constante a la baja.
“Es decir, la violencia que aparentemente se había desatado al inicio o a mediados de la administración de (Felipe) Calderón tuvo una reducción muy relevante y mejoras continuas desde finales de ese sexenio y los tres años de la gestión de (Enrique) Peña Nieto.
Esto nos habla de un efecto que se tuvo a partir de una estrategia en materia de seguridad como fue la Policía Federal, los operativos conjuntos con Estados Unidos, la Iniciativa Mérida y un sinfín de otras acciones”.
El abandono de estas estrategias fue lo que nos llevó desde 2016 a que la conducta en el comportamiento de violencia empezara a tomar un crecimiento constante, señaló Rivas.
La política de austeridad, abandono a las autoridades de seguridad, carencia de capacidades tecnológicas, falta de equipamiento y carencia del personal que labora en instituciones de seguridad, son algunas de las causas que originan el aumento de violencia, puntualizó el director General del ONC.
“Y entonces lo que estamos viendo es que probablemente este año se contenderá al segundo, tercer lugar en materia de violencia y nada nos hace pensar que los próximos tres años las cosas vayan a mejorar”, expresó.
Frase:
“A pesar de lo que nos diga el Presidente, la secretaria de Seguridad y otras autoridades, no ha tenido ninguna mejora la seguridad en este sexenio; al contrario, 2019 fue el peor año en materia de violencia de nuestro país, el segundo peor año es 2020 y 2021 está contendiéndose el segundo o el tercer lugar”
Francisco Rivas
Director General del Observatorio Nacional Ciudadano
Piden endurecer penas vs. agresores alcoholizados
Por: Karina Aguilar
La senadora por el Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, propuso incrementar las sanciones que se prevén en el Código Penal Federal para los delitos relacionados con el hostigamiento, abuso sexual o violación cuando éstos se cometan bajo los efectos del alcohol.
Señaló que la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH-2016) reveló que 20.5% de las mexicanas que sufrieron violencia de pareja a lo largo de una relación declararon que el maltrato que reciben o recibían de su esposo o pareja inició o empeoró debido a la ingesta de alcohol del agresor.
La presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y Adolescencia en el Senado reconoció que este es un tema poco explorado, no obstante, indicó que es posible presumir que el consumo excesivo de alcohol y de otras sustancias, en espacios en los que comúnmente se reúnen y conviven adolescentes y jóvenes, aumentan el riesgo de que se cometan ilícitos de índole sexual.
“El exceso en el consumo de este producto no necesariamente deriva en una conducta transgresora de carácter sexual, pero hay elementos suficientes para sostener que incrementa el peligro de que se ejerza violencia sexual, pues disminuye la capacidad de juicio, de autocontrol y genera un efecto desinhibidor de la personalidad”.
Ante ello, la panista propuso reformar los artículos 259 Bis y 266 Bis del Código Penal Federal para que las penas para estos delitos aumenten hasta en una mitad de lo que ya se prevé, cuando se cometan bajo el influjo de bebidas alcohólicas y para que los agresores tengan la obligación de someterse a tratamiento.