«Adicción al cristal es síntoma, no la enfermedad», refieren especialistas

«Adicción al cristal es síntoma, no la enfermedad», refieren especialistas

Desde el punto de vista de la psicóloga Ana Lilia González Rodríguez, en casos como los ocurridos recientemente en Torreón, donde en hechos distintos y bajo el influjo de sustancias como el cristal, jóvenes hijos atacaron de forma violenta a sus madres; el análisis de la situación debe hacerse, por una parte, desde la perspectiva de la Terapia Sistémica, donde queda establecido que la adicción no es un problema individual, sino un elemento ligado a disfunciones del sistema familiar.

La especialista dijo en ese sentido, que en hogares donde uno de los miembros tiene dependencia a las drogas, son comunes los roles familiares disfuncionales y el consumidor de sustancias se convierte en «chivo expiatorio» o paciente necesitado, mientras que los demás asumen el papel de sus cuidadores.

También se observa falta de comunicación abierta en la familia y se da el doble vínculo o doble mensaje, con lo que se normaliza la adicción y se minimizan las conductas delictivas derivadas de la misma, lo cual ocurre por la ausencia de límites.

«Precisamente con este comportamiento, lo que hacen es no hacerse responsables del adicto y viene la codependencia, los miembros le tratan de facilitar la vida al adicto, le proveen casa, le proveen todo».

«Pero el doble vínculo es ‘sí te quiero, pero eres un flojo’, o sea, lo agreden, ‘te protejo, pero también te digo que eres un flojo, un ratero, un de lo peor’», explicó.

Y además viene el control y protección excesiva, esto en relación a las consecuencias de las propias acciones de la persona con dependencia a las drogas.

Por otra parte y respecto al impacto del consumo de una sustancia como es el cristal o metanfetamina cristalina, Ana Lilia González se refirió a una serie de cambios en la estructura cerebral que se reflejan en el comportamiento del consumidor por medio de paranoia, alucinaciones e impulsos violentos.

Lo anterior, debido a las afectaciones a nivel de la corteza prefrontal, lo que deteriora el juicio y detona estados eufóricos; del hipocampo, área que controla la memoria y cuyo daño deriva en problemas para recordar los hechos o también se mezclan los recuerdos, generando una distorsión de la realidad; y finalmente, el uso desmedido del cristal genera problemas en la amígdala, estructura cerebral que regula el miedo y las emociones que, al ver alterado su funcionamiento, deriva en ansiedad, paranoia y episodios de comportamiento agresivo violento.

Los ataques ocurridos recientemente en la localidad y de los que se hace referencia son el que involucra a Juan Guillermo «N», alias «El Chino», de 22 años de edad, quien presuntamente hirió en el cuello a su madre con un cutter, lo que la llevó a la muerte. Además del caso de Alejandra Guadalupe, de 23 años, quien le arrojó una alacena a su mamá mientras se encontraba en el piso y es probable responsable de causarle una herida de 18 centímetros en la cabeza.

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