El decreto que modifica la Ley de la Industria Eléctrica, impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), por lo que entrará en vigor este miércoles 10 de marzo.
El polémico decreto para reformar y adicionar diversas disposiciones a la Ley de la Industria Eléctrica, cuyo fin es dar prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la generación de electricidad, podría ser objeto de una acción de inconstitucionalidad por parte de senadores en los próximos 30 días.
Lo anterior daría pie a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) entre al quite como máximo órgano de justicia para definir el rumbo de los cambios en las reglas de operación del sector eléctrico, sin embargo, aún falta camino por recorrer.
Políticos, como Ricardo Anaya y Dulce María Sauri, y órganos empresariales, como la Coparmex, se han manifestado en contra de los cambios propuestos por el presidente López Obrador en materia energética pues advierten un sesgo peligroso en la llamada libre competencia.
La Coparmex, por ejemplo, considera que con la aprobación de la iniciativa preferente, habrá un alza en las tarifas eléctricas y, también, se vulnerarán los compromisos asumidos por México en el T-MEC y otros tratados internacionales suscritos, “así como la certeza jurídica de las inversiones que ya están en el país”.
“Esto y los visos de inconstitucionalidad al no respetar la libre competencia, convertirán a esta potencial reforma en una legislación que seguramente se impugnará desde el primer día de su publicación”, aseguró el órgano empresarial en un comunicado.
Por su parte, Ricardo Anaya considera que los cambios a la Ley significan un retroceso de décadas pues “nos quedaremos con lo peor, con el combustóleo que contamina, con las plantas viejas y con la energía cara”.
Dulce María Sauri Riancho, presidenta de la Cámara de Diputados, coincide al afirmar que la llamada “Reforma eléctrica de AMLO” significará un aumento en las tarifas de los consumidores finales, además de que se apostará a la quema de combustibles fósiles, por encima de las nuevas tecnologías para producir energía.