Desde Tel Aviv platica con modestia sobre la campaña de vacunación en Israel y sus resultados, considerados un ejemplo para el mundo. Pero Chaim Rafalowski, coordinador nacional de Gestión de Desastres en el país de Oriente Medio, es realista respecto a la posibilidad de alcanzar la tan anhelada inmunidad de rebaño.
“Estamos muy lejos de alcanzarla”, reflexiona, debido a que no se puede inocular a 2.5 millones de menores de 16 años y a otras 350 mil personas (30% de las que faltan por inyectarse) quienes, por decisión propia, no se quieren proteger contra el SARS-CoV-2.
Se trata de los llamados “antivacunas”, de alguna manera protegidos por los países que deciden no hacer obligatorio el biológico que combate al Coronavirus.
“Algunos países del mundo pueden obligar la vacuna, no en países democráticos, no en México y no en Israel”, señala el también paramédico, quien compara con empatía a su país con la Ciudad de México por su densidad de población, aunque otras diferencias saltan a la vista.
Debido al acuerdo comercial que alcanzó Israel con la estadounidense Pfizer y la alemana BioNtech, la cantidad nunca a ha sido el problema: “El contrato que tiene el gobierno con Pfizer es secreto comercial, así que no sabemos cuántas vacunas se compraron y cuál fue el precio, lo que sí sabemos es que hay suficientes disponibles para toda la población, las dos dosis”.
La aventura comenzó el 12 de diciembre pasado, cuando el país con 9.3 millones de habitantes aplicó la primera dosis. A la fecha, 4.8 millones de personas (80% de la población objetivo) han recibido al menos una dosis.
Una eficiente infraestructura vial sobre los 22 mil kilómetros cuadrados del país ha ayudado a los traslados, lo mismo que un sistema de salud universal y en gran medida digital que permite prácticamente saber qué ciudadano no se ha inoculado.
“Nuestro ministerio de Salud salió de su rol de gestor, de regulador, a un rol operativo donde él mismo maneja la campaña: hace la compra de las jeringas, de las vacunas, de las agujas, distribuye a diferentes sitios, monitorea cada una, sabe cuántas vacunas se pusieron en los más de 400 sitios que tenemos a nivel país, lo que les da la posibilidad de ajustar -a nivel de hoy para mañana-, la cantidad de botellitas que se distribuyen”, detalla quien lleva la coordinación con el movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Hoy en día, la campaña de inoculación ha superado la fase en que las personas acuden a formarse para inyectarse. Ahora el Gobierno de Benjamín Netanyahu “persigue” a quienes no han recibido la dosis.
Rafalowski precisó que la población vulnerable ya está protegida, faltan los trabajadores y los más jóvenes.
“La gente no quieren perder un día de trabajo, se vacunan en lugares de trabajo grandes. En Tel Aviv hay una campaña donde la municipalidad se unió con la asociación de los bares y ofrecen una cerveza no alcohólica gratis si te pones la vacuna. Para las personas jóvenes es muy chulo, se ponen a tomar la cerveza y recibir la vacuna, lo ponen en Instagram, los amigos lo ven y vienen también. Sí, parece un poco raro, pero eso es lo que está motivando a las personas jóvenes y eso es lo importante, porque tenemos que vacunar a estas 6 millones de personas”, remató a 24 HORAS.