Los socorristas albaneses registraban los escombros el martes en busca de sobrevivientes tras el terremoto más potente de los últimos decenios en los Balcanes, que causó al menos 18 muertos y cientos de heridos.
Los edificios se derrumbaron como castillos de naipes bajo la violencia de este terremoto de magnitud 6.4, que se produjo en las primeras horas de la mañana, atrapando a las víctimas bajo los escombros.
Cientos de personas ligeramente heridas acudieron al hospital para recibir cuidados médicos, en Tirana y en Durres, ciudad costera particularmente afectada por el sismo, según la ministra de Salud Ogerta Manasterliu.
El temblor se registró a las 03 horas 54 (02 horas 54 GMT). En Tirana, muchos habitantes aterrados descendieron a las calles, constató una corresponsal de la AFP.
Las autoridades han movilizado alrededor de 300 militares y unos mil 900 policías.
El sismólogo albanés Rrapo Ormeni explicó en la televisión local que se trata del peor sismo registrado en la región de Durres desde 1926.
El epicentro del temblor se situó en el mar Adriático, a 34 al noroeste de Tirana, a una profundidad de 10 kilómetros, según el Centro Sismológico Euromediterráneo.
«Estamos trabajando para hacer todo lo posible en los lugares siniestrados», dijo el primer ministro Edi Rama en Twitter.
En Durres y Thumane, según el ministerio albanés de Defensa, hay personas «atrapadas en las ruinas».
Temblor sentido en los Balcanes
Varios cadáveres, incluido el de una niña, fueron sacados de las ruinas en Durres, donde un hotel se derrumbó y otros edificios sufrieron graves daños, según el ministerio de Defensa.
Otros tres cuerpos fueron encontrados en los escombros de Thumane.
En la vecina ciudad de Kurbin, un hombre de unos 50 años de edad se suicidó al saltar, presa del pánico, de su edificio cayendo de varios pisos.
Un hombre murió en un accidente automovilístico cuando la carretera quedó destruida por el terremoto, según la misma fuente.
Los colegios cerraron este martes.
En Thumane, imágenes de la AFP muestran a una quincena de hombres vestidos con trajes tratando de limpiar los escombros, ayudados por una pala, en busca de eventuales víctimas.
Los habitantes llaman a sus familiares -«Mira», «Ariela», «Selvije»- con la esperanza de que sigan vivos. Los gritos de socorro de las personas sepultadas escapan de las ruinas.
Dulejman Kolaveri, de 50 años, teme por su madre de 70 años y su sobrina de seis años que vivían en el quinto piso. «No sé si están vivas o muertas. Temo por ellas… Se oyen voces, sólo Dios sabe», explica a la AFP con voz angustiada y manos temblorosas.
Varias réplicas se sintieron después del temblor principal. La más fuerte alcanzó una magnitud de 5.3, según el Centro Sismológico Euromediterráneo.
El temblor se sintió en la región de los Balcanes, en Sarajevo -a unos 400 km- o en la ciudad serbia de Novi Sad a 700 km, según la prensa y las alertas publicadas por habitantes en las redes sociales.
La misma región de Albania había registrado en septiembre un sismo de 5.6, que entonces las autoridades lo consideraron como el más fuerte en «los últimos 20 a 30 años».
Los Balcanes son una zona de fuerte actividad sísmica con temblores de tierra son frecuentes.