Bajo la atenta mirada de los agentes de seguridad, Ko Jee-hun reparte folletos en la entrada de una planta de semiconductores de Samsung Electronics, el gigante tecnológico surcoreano cuyos trabajadores podrán por primera vez en casi 50 años afilarse a un sindicato.
Durante años esta compañía, la más importante del entramado de múltiples empresas que forman el conglomerado Samsung, hizo todo lo posible para evitar los sindicatos, a pesar de ser el mayor fabricante del mundo de teléfonos inteligentes y semiconductores.
Finalmente, la semana pasada, las autoridades de la ciudad de Suwon, donde tiene la sede compañía, certificaron el nacimiento del Sindicato Nacional de Samsung Electronics.
El nuevo organismo forma parte de la poderosa federación coreana de sindicatos (FKTU).
«Lo que está en juego son mucho más que los salarios», dice Ko Jee-hun, el vicesecretario general del sindicato. «Pedimos comunicación y que se escuche nuestra voz. No solo somos componentes», asegura.
Los folletos que reparte contienen varios personajes abordando cuestiones como las vacaciones, las pausas para comer, la anulación de primas sin previo aviso o la jubilación anticipada.
Los servicios de seguridad no dejaron a Ko Jee-hun ponerse junto a la entrada de la planta de Hwaseong, a unos 50 kilómetros al sur de Seúl, y tuvo que irse un poco más lejos a repartir los folletos a los trabajadores que van pasando.
«La batalla solo acaba de empezar», dice a la Afp.
Antes de que estuviera registrado oficialmente, 400 trabajadores de Samsung Electronics ya estaban interesados en afiliarse, según la federación FKTU.
El sindicato se ha fijado el ambicioso objetivo de llegar a los 10 mil miembros, casi 10 por ciento de la plantilla.
Samsung Electronics es la principal compañía de Samsung, uno de los principales «chaebol» de Corea del Sur, estos grandes conglomerados con todo tipo de empresas controlados por grandes familias que caracterizan la economía del país.
El fundador de Samsung, Lee Byung-chul, que murió en 1987, era un férreo oponente de los sindicatos y prometió que nunca los permitiría «mientras no me caiga el polvo en los ojos».
Unos documentos filtrados en 2012 por un diputado surcoreano revelaron que los directivos de Samsung tenían instrucciones para controlar al «personal problemático» que intentara crear sindicatos.
«Para evitar reclamaciones sobre prácticas laborales injustas, despidan a los organizadores clave antes de que haya un sindicato», decían los documentos.
Ahora las cosas han cambiado, gracias en parte al presidente Moon Jae-in, que lidera un gobierno favorable a los trabajadores y que cuando era abogado representó él mismo a varios sindicatos.
«El nivel de represión es mucho más débil que antes» asegura Ko. «Creo que la compañía está siendo muy prudente sobre las posibles repercusiones.
Samsung Electronics no quiso hacer comentarios a la Afp.
En un editorial, el periódico Korea Times admitió que la política antisindicatos de Samsung era «anacrónica», pero advirtió que ahora podría haber «huelgas cada año» como en Hyundai Motor, el fabricante de coches surcoreano.
Otros observadores apuntan a que el aumento de los costes de personal podrían afectar las inversiones de Samusng.
«Con el sindicato, podría ser mucho más duro hacer grandes inversiones porque habría que desviar fondos para pagar mayores salarios», señaló el profesor de negocios Kim Dae-jong, de la universidad Sejong.