Los comercios reabrieron y se aliviaron los requisitos de test del coronavirus el lunes en Pekín y otras ciudades de China, que comenzó a relajar paulatinamente la estricta política de cero covid, fuente de una ola de protestas a lo largo del país.
Autoridades locales en toda China comenzaron una lenta marcha atrás de las restricciones vigentes durante los últimos años, impulsadas por las órdenes del gobierno de adoptar nuevas formas de combatir el coronavirus.
En la capital Pekín, donde muchos negocios están plenamente abiertos, ya no se exige una prueba negativa del virus tomada en las últimas 48 horas para abordar el transporte público.
En Shanghái, centro financiero del país que este año soportó un confinamiento de dos meses, los residentes pudieron regresar a espacios abiertos como parques y sitios turísticos sin necesidad de una prueba reciente.
Este martes, la medida fue extendida a un gran número de lugares públicos, excepto centros médicos, hospitales, escuelas, restaurantes, bares y residencias de ancianos.
La vecina Hangzhou fue más allá, al suprimir las pruebas masivas para sus 10 millones de habitantes, excepto para quienes visitan o viven en residencias para ancianos, escuelas y jardines de infantes.