El autor del tiroteo en la escuela primaria Robb, Salvador Ramos, de 18 años, que mató a 19 niños y 2 maestras, le había disparado antes a su abuela, en Uvalde, al oeste de San Antonio, en Texas. Estados Unidos, el martes 24 de mayo.
El joven que perpetró la peor matanza en un colegio en una década vivía en un pueblo que está a medio camino entre la ciudad de San Antonio y la frontera de México, en un estado donde se permite portar armas sin un permiso especial.
Y en esta localidad, en concreto, lo son las pistolas y rifles, porque hay mucho aficionado a la caza, informaron medios internacionales.
“Era calladito”, contó a El País Eric, de 44 años, cuyo hijo mayor estudia en el mismo instituto que Ramos y que, según este vecino, era “buena gente”, pero víctima de bullying en el instituto: “Mi hijo me dice que conoce a un muchacho al que le gustaba pegarle”.
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, el teniente Christopher Olivarez, ha asegurado a la prensa que Ramos entró a la escuela usando un chaleco antibalas.
Los testigos afirmaron que iba armado con un rifle automático y una pistola, y formó una barricada en un aula de cuarto grado en la que minutos antes se había celebrado una ceremonia de fin de curso y una entrega de diplomas.
La escuela tenía matriculados 535 estudiantes en el curso escolar que terminó en 2021. Las víctimas mortales del tiroteo tenían entre 7 y 10 años.
Ramos vivía con sus dos abuelos maternos, Rolando Reyes y Celia Martinez, en una casa de una sola planta a pocos metros de la escuela, en la calle Díaz. La madre, Adriana Martinez, no vivía con ellos, sino en otra parte del pueblo.
“Su mamá andaba en malos pasos”, contaba en la noche del martes uno de los vecinos de la calle, que no se quiso identificar. Dijo que el padre no estaba presente en la vida del adolescente. Por ello, los abuelos se hicieron cargo de Ramos.
De acuerdo con Roland Gutierrez, un senador local quien tuvo acceso a los partes policiales, Ramos nació en Dakota del Norte y era de nacionalidad estadunidense.
LA ABUELA INTENTÓ DETENERLO
Según el relato de las autoridades, Ramos discutió con su abuela, de 66 años, antes de cometer el crimen. La abuela, de acuerdo con algunos vecinos, sabía de los planes de su nieto y quiso impedir que los llevara adelante, por lo que Ramos le disparó.
El Hospital Universitario de Salud de San Antonio confirmó que admitió a una mujer de 66 años en «estado crítico» tras ser baleada, sin confirmar su identidad.
En el patio de su casa quedó tirada una mochila llena de municiones. El joven había subido a las redes sociales fotografías de las armas que había comprado de forma legal en una tienda de la localidad.
Luego, equipado con un chaleco antibalas y un rifle, según el sargento Erick Estrada del Departamento de Seguridad de Texas, el joven huyó en un automóvil que abandonó cerca de la escuela primaria Robb luego de sufrir un “espectacular accidente”.
Alrededor de las 11:30 a. m. locales, tras ser encontrado por la policía, el agresor entró corriendo a la escuela y abrió fuego en varias aulas de la escuela de 535 estudiantes, en su mayoría hispanos, que iban a finalizar el año el jueves 26 de mayo.
Hasta el mes pasado, Ramos trabajó en la cadena de comida rápida Wendy’s. Los periodistas que han visitado el lugar informaron que sus excompañeros dijeron que era un joven tímido sin muchas amistades y con dificultades para entablar relaciones sociales.
“Muchos de mis empleados hablan entre ellos y son amigables. Él no era así. Creo que nadie lo conocía”, dijo el coordinador nocturno del restaurante al diario The New York Times.
Esporádicamente, trabajó con su abuelo Rolando, quien se dedicaba a instalar aires acondicionados y a otras labores de mantenimiento.
Una foto policial que circuló en los medios locales muestra a un joven con cabello castaño hasta los hombros, de rostro pálido e inexpresivo. Las autoridades ignoran qué motivó a Ramos a cometer tan artero crimen.
Esta no es la primera vez que atacan a esta escuela. En mayo de 2018, las autoridades detuvieron a dos estudiantes del instituto Morales, de 13 y 14 años, que planeaban llevar a cabo un tiroteo en su centro, en la misma localidad.
La investigación reveló que los menores se identificaban con Eric Harris y Dylan Klebold, los asesinos de Columbine.
Años después, hubo una matanza dentro de las aulas, por lo que el nombre de Salvador Ramos se suma a una creciente lista de victimarios que sume una vez más a toda una comunidad en el duelo.