By MADRID. (EUROPA PRESS) -El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha reclamado «una cooperación europea más fuerte» para combatir el tráfico de migrantes, después de que al menos 27 personas perdiesen la vida el miércoles por el naufragio de la embarcación en la que intentaban cruzar el canal de la Mancha para llegar a Reino Unido.
El mandatario galo ha apuntado que Francia es «un país de tránsito, por lo que ve necesario que los países de la zona acerquen posturas para mejorar la colaboración y evitar nuevos riesgos para la vida de los migrantes. «Cuando estos hombres y mujeres llegan a orillas del canal de la Mancha ya es demasiado tarde», ha advertido durante una visita a Croacia.
Macron, que el miércoles habló con el primer ministro británico, Boris Johnson, ha incluido en la ecuación a Reino Unido, Bélgica, Países Bajos y Alemania, así como a la Comisión Europea. El Gobierno francés ha informado de que los ministros responsables de la inmigración de estos países se reunirán el domingo en Calais, en un encuentro al que también está invitado el Ejecutivo comunitario, informan los medios galos.
El presidente galo ha subrayado el compromiso de Francia en materia de seguridad, señalando que las fuerzas de seguridad están movilizadas 24 horas al día para vigilar la zona norte desde la que parten las embarcaciones con migrantes. No en vano, Londres ha acusado en varias ocasiones a París de no hacer lo suficiente para contener el flujo migratorio.
Las autoridades británicas han planteado la posibilidad de que haya patrullas conjuntas en la zona, al tiempo que revisan la legislación para tratar de disuadir a quienes siguen llegando a la zona sur de Reino Unido. La ministra del Interior de Reino Unido, Priti Patel, ha insistido este jueves ante la Cámara de los Comunes en que es un viaje «innecesario», ya que «nadie necesita irse de Francia» para estar a salvo, informa la BBC.
Aprovechando la presidencia de Francia en la UE, en el primer semestre de 2022, Macron quiere plantear una reforma del espacio Shengen, que permite la libre circulación, para aplicar una mayor vigilancia en las fronteras interiores, según fuentes citadas por la emisora Europe 1. París asumiría de esta forma unos cambios a los que en principio se mostraba reacio y que, para salir adelante, necesitarían unanimidad.
