Dos procesos políticos de primera importancia coinciden en Chile, que se encuentra en la antesala de lo que podría ser un cambio relevante en su destino como nación.
Y es que sus principales fuerzas políticas registraron este lunes a los candidatos presidenciales, en el último día de inscripción ante el Servicio Electoral para quienes competirán en la carrera presidencial en Chile en noviembre, en unas elecciones marcadas por la crisis social, la pandemia y el otro giro radical: la redacción de su nueva Constitución.
Las tres coaliciones más importantes lograron definir a sus candidatos para disputar una competencia que se perfila difícil para la única mujer postulante, Yazna Provoste, dirigente de centroizquierda electa el sábado en una consulta ciudadana entre los tres grupos que formaron la otrora exitosa Concertación, que gobernó gran parte de los 30 años que siguieron a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Provoste, de 51 años, se medirá en la primera vuelta de las presidenciales el 21 de noviembre con su rival de derecha Sebastián Sichel (44, “delfín” del actual mandatario, Sebastián Piñera) y el izquierdista Gabriel Boric (35); los cuales aparecen fuertes en las encuestas y movilizaron más electores de lo previsto en las primarias del 18 de julio.
En noviembre también se elegirá a diputados, senadores y consejeros regionales.
Empieza una disputa marcada por el descrédito en las fuerzas tradicionales y sus líderes tras la crisis social que estalló el 18 de octubre del 2019, cuando una evidente desigualdad social -al desnudo tras la pandemia de Covid-19-, sumó críticas en contra del gobierno conservador de Piñera, por la tardanza en las ayudas económicas.
La campaña electoral estará cruzada por la Convención Constituyente, la cual trabaja desde el 4 de julio con un plazo máximo de un año para redactar una nueva Constitución que reemplace a la actual, heredada de la era Pinochet.
Provoste dejará la presidencia del Senado para entrar de lleno en campaña por la carrera presidencial en Chile.