China vio nacer el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 a finales de 2019 (ciudad de Wuhan); las infecciones y muertes comenzaron a esparcirse desde principios de 2020 y durante varias semanas encabezó la lista de los países más afectados.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo (abril de 2020) para que las medidas extremas, el uso de la tecnología y la disciplina de la población tuviera efectos en los números, y Estados Unidos y otros países europeos comenzaran a rebasar a la nación asiática.
Ya durante 2021, y hasta hace dos semanas, el país gobernado por Xi Jinping registraba apenas unas decenas de casos nuevos y prácticamente cero muertes, sin embargo, la variante Delta (originada en la India), que si bien no es más agresiva sí es más contagiosa, también ha causado estragos al orden de la nación comunista.
Millones de personas están confinadas hoy en día, en un intento de contener el mayor brote de coronavirus en meses, incluyendo siete casos positivos en Wuhan. China informó este lunes de 55 nuevos casos de coronavirus de transmisión local. El brote de la Delta, de rápida propagación, ya llegó a más de 20 ciudades y de una docena de provincias.
“Siete casos detectados en una estación de tren fueron identificados como trabajadores migrantes”, informó la agencia oficial de noticias Xinhua, citando a funcionarios de prevención del Covid-19.
En grandes ciudades como Pekín se aplicaron pruebas a millones de residentes, se acordonaron residencias y se pusieron en cuarentena a contactos de personas contagiadas.
Las autoridades de dicha capital se reunieron y acordaron “aumentar la vigilancia y defender la ciudad hasta la muerte, sin escatimar gastos”.
En la ciudad de Zhuzhou, situada en la provincia de Hunan, más de 1.2 millones de personas fueron puestas en aislamiento estricto el lunes y durante tres días, mientras las autoridades llevan a cabo una campaña de test y vacunaciones.
Este último brote está vinculado a un foco en Nanjing, donde nueve trabajadores de un aeropuerto dieron positivo el 20 de julio.
CON INFORMACIÓN DE AFP
Municipio se harta: ¡vacuna o cárcel!
En un poblado del Caribe colombiano, las autoridades perdieron la paciencia con los antivacunas. En adelante, deberán guardar estricto encierro en sus casas o se les castigará con penas de multa o cárcel… anunció la alcaldía del municipio de Sucre.
“Tenemos que tener mano dura como mandatarios (…) Todo el mundo se tiene que vacunar, porque si no, no puede circular en el municipio de Sucre“, afirmó en la radio local la alcaldesa Elvira Julia Mercado, que impuso por decreto el toque de queda durante ocho días para quienes no se hayan vacunado contra el Covid-19, pese a que el municipio recibió las dosis necesarias para inmunizar a sus 28 mil habitantes.
Según Mercado, solo 10 mil personas han sido inmunizadas en el pueblo, debido a noticias falsas.
“Hay religiones que son reacias a quererse vacunar, la juventud porque les dicen que no pueden salir a tomar trago (…) Otros que se van a morir en dos años (…), que la vacuna es el anticristo”, explicó.
Cuba y EU coinciden, al menos, en vacunas
Quizás sea su única coincidencia: el interés por vacunas a la mayor población posible.
En La Habana, Cuba, más de 1.3 millones de personas fueron inyectadas contra el Covid-19, la mayor parte de la población “vacunable”, según autoridades sanitarias, cuando Cuba vive el peor momento de la epidemia del coronavirus.
En tanto, Estados Unidos ya alcanzó el objetivo de administrar al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus a 70% de toda la población adulta.